Sepultan a quien era candidato a regidor por el PRI en Coyuca de Benítez-Fue asesinado junto con su esposa-Sus familiares lamentaron la situación de violencia “que vive nuestra tierra” y cuestionaron ¿cuándo mereceremos la paz?
Familiares y amigos dieron el último adiós a Aníbal Zúñiga Cortés, candidato a regidor por el PRI en Coyuca de Benítez y su esposa, Rubí Bravo Solís, quienes dejaron en la orfandad a sus 3 hijos.
Los cuerpos del candidato a regidor en Coyuca de Benítez, municipio de la Costa Grande, y el de su esposa fueron hallados en la batea de su propia camioneta, durante la jornada violenta que se registró el pasado jueves 16 de mayo en el puerto de Acapulco.
Durante el sepelio del político priista, su sobrino Efrain Zúñiga Leyva, a nombre de los familiares, expresó: “este día triste, en el que la maldad ajena nos obliga a resignarnos ante su crueldad, les decimos hasta luego con mucha pena. Con lamento entre familia y amigos de siempre, hacemos frente a esta ingrata realidad que nos ha alcanzado a todos”.
El joven cuestionó: “¿cuándo mereceremos la paz, cuando mereceremos salir seguros a las calles que nos han visto crecer, cuando podremos trabajar honradamente sin correr peligro?”.
El nieto del también político priista Efrain Zúñiga Galeana, dijo a los familiares y amigos reunidos en el panteón central de Coyuca de Benítez; “me siento cansado de que en nuestra tierra la vida ya no valga nada, me siento cansado de que en nuestra tierra ya no importanten las familias, cansado de que cada vez más padres sin avisar, dejan de llegar a casa a besar la frente de sus hijos. Estoy harto de escuchar el grito de los padres y madres al despedir a sus hijos, que no tendrían que irse aun”.
Reconoció que si bien es cierto, los dolientes se quedan a lamentar la partida violenta de sus familiares, “también nos quedamos a levantar la voz en contra de la crueldad y la injusticia, a levantar la voz ante la maldad del ser humano, porque merecemos vivir y morir como personas, merecemos reunirnos con nuestras familias en otras circunstancias, porque no es justo despedir a los hombres de buen corazón de esta manera, porque no se vale decirle adiós de esta forma a las madres de familia”.
Aníbal Zúñiga Cortés y Rubí Bravo Solís tuvieron dos hijas y un hijo de 10, 12 y 14 años, quienes quedaron en la orfandad.