Por discapacidad lo abandona su familia; ahora vende dulces para sobrevivir
-Vecinos que transitan por la zona realizan cooperaciones económicas
Poleht Rodríguez
Con una pierna amputada y acompañado de un par de muletas, don Arnulfo Andrade Hernández, de 57 años de edad, se traslada desde Huiziltepec, municipio de Eduardo Neri hasta Chilpancingo para vender semillas y botanas.
Todos los días viaja 40 minutos desde la comunidad en donde vive hasta la plazoleta de Unidos por Guerrero de la ciudad capital, para comercializar algunos productos comestibles y cubrir sus necesidades básicas.
Desde hace dos años dijo don Arnulfo, fue abandonado por sus familiares, que debido a padecer diabetes y después de sufrir una aparatosa caída mientras trabajaba reparando su casa, le fue amputada la pierna izquierda y posteriormente un dedo del pie derecho.
Tras recuperarse de la operación y el abandono de sus seres queridos, Don Arnulfo decidió emprender su camino para salir adelante, pero ahora, con una discapacidad física.
De lunes a viernes se instala sobre el camellón de la plazoleta de Unidos por Guerrero desde hace dos meses, en un horario de 6 de la mañana a 2 de la tarde, para después atender actividades personales.
Pero su día comienza desde 5 de la mañana para empacar la mercancía de las ventas del día y llega a las 6 de la mañana para instalarse en ese punto de Chilpancingo donde lleva dos meses instalado.
Ahí, sobre la avenida Juan N. Álvarez se acercan vecinos de Chilpancingo quienes hacen la obra del día, realizando cooperaciones económicas a don Arnulfo.
Además, cuenta que antes se desempeñaba como mecánico automotriz en la comunidad de Huiziltepec, oficio que piensa retomar una vez que se estabilice económicamente, ya que pidió un préstamo para cubrir los gastos de su operación cuando le fue amputada la pierna.