El alcalde de Atlixtac consideró que la agresión fue por el movimiento social reciente
–Viajaba a bordo de una camioneta blindada y uno de sus escoltas resultó lesionado, pero él está ileso
Luego de haber sido agredido a balazos en su camioneta blindada, cuando circulaba en la Autopista del Sol, el presidente municipal de Atlixtac, Guillermo Matías Barrón, consideró que el ataque pudo ser a consecuencia de la movilización del pasado 4 de marzo, cuando comisarios, presidentes municipales y habitantes de 15 municipios de La Montaña y la región Centro de Guerrero, arribaron a Chilpancingo en exigencia de una mesa de trabajo con la gobernadora Evelyn Salgado Pineda.
Dijo que le dispararon y lo siguieron hasta alcanzarlo cuando circulaba sobre la Autopista del Sol, “la camioneta blindada no puede correr a más de 100 kilómetros porque corre peligro, entonces me alcanzaron y al alcanzarme entonces sí se acabaron todos los plomos, el ataque fue directo, desconozco, no puedo hacer más juicios”.
Aseguró que se siente tranquilo “porque soy un hombre ferviente de un Dios vivo, y aunque la prensa pagada por el gobierno me ha vendido como un villano, Dios conoce mi corazón y sabe que no estoy haciendo las cosas mal. Si me han puesto de rodillas con un arma en la cabeza es por el bienestar de mi pueblo, por el bienestar de los 15 municipios donde soy líder y de los 600 comisarios”.
Agregó que en los 15 municipios de donde se dice ser líder “no hay robo, no hay secuestro, no hay venta del mentado cristal, no hay extorsión”.
Sobre lo que motivó que lo agredieran comentó: “no me quiero equivocar ni hacer juicios sin tener los pelos de la burra en la mano, solo sé que hubo mucho dolor, les ardió a las personas a las que haya afectado el día que venimos a Chilpancingo”.
Salvar su vida “fue un milagro de Dios”, dijo el alcalde quien agregó que traía camioneta blindada, que le pidió a su hermano José que vive en Estados Unidos, porque fue amenazado de muerte la misma tarde después de su arribó con habitantes de comunidades de la Montaña y Centro de Guerrero a Chilpancingo, “me dijeron que me iban a matar”.
Tras el ataque armado elementos de la Policía estatal y de la Guardia Nacional auxilió a los agredidos y fueron llevados a una clínica de Tierra Colorada, donde recibió una llamada del subsecretario de Gobierno, Francisco Rodríguez, y fue trasladado a un hospital privado de Chilpancingo, donde es atendido su escolta herido, lugar que es resguardado por elementos de la Policía Estatal y la Guardia Nacional.
El presidente municipal de Atlixtac sostuvo que continuará en su cargo como alcalde a pesar del intento de homicidio del que fue objeto, “el que nada debe nada teme y tengo 80 mil talibanes que me acompañaron ese día y yo creo que si quieren guerra, guerra van a tener”.
Recordó lo sucedido al luchador social comunitario, Bruno Plácido Valerio, quien “cargaba blindada, cargaba estatales y lo mataron en la entrada de la Secretaría de Salud”, por lo que mencionó que esta consciente de que podrían volver a atentar contra su vida.
Guillermo Matías viajaba acompañado por dos escoltas, uno de ellos resultó sin lesiones, pero el otro, que venía en la batea de la camioneta blindada resultó con heridas de bala en el dorso y en el pie”.
Se dijo amenazado por “un grupo de 29 personas de Huitzapula, que me han amenazado directamente, incluso me pusieron un ultimátum en el que me dijeron que no iba a llegar al 24 de diciembre, que no iba a llegar a comer mis doce uvas y aquí estoy”.
Reiteró que va a seguir al frente de la lucha por las comunidades de varios municipios, “si ay que ofrecer la vida tampoco puedo decir que soy el Mecías, pero si se tiene que ofrecer la vida por la lucha social, aquí está”.
Consideró que uno de sus agresores puede estar muerto, porque su escolta repelió la agresión.